jueves, 19 de noviembre de 2009

La presencia de una política cambiaria de minidevaluaciones y una política fiscal expansiva, con poca flexibilidad en el uso de instrumentos fiscales, subordina a la política monetaria de manera que resulta simple garantizar la estabilización de precios, la posición de la balanza de pagos y un crecimiento económico sostenibles. Asimismo, en la medida en que los déficit fiscales contribuyan a incrementar el gasto interno y a presionar las tasas de interés domésticas, se generan efectos sobre el déficit en la cuenta corriente y en los flujos de capital de la balanza de pagos. Bajo un tipo de cambio fijado, se afectan directamente los resultados de las reservas internacionales como contrapartida de las presiones sobre el tipo de cambio.
Ello muestra la incompatibilidad de políticas fiscales expansivas con una política cambiaria relativamente rígida.

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